historia de los trastornos obsesivos

Historia de los trastornos obsesivos.

De la “maladie de la doute” a la neurosis obsesiva y al Trastorno Obsesivo Compulsivo.

"obsesión, obseso, compeler, impulso y compulsión"

Tema X. PSICOPATOLOGÍA Y FENOMENOLOGÍA DE LA NEUROSIS OBSESIVA.

Psicopatología clásica para residentes MIR y PIR psiquiatría.

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Docencia residentes mir y pir psiquiatría y psicología de Aragón

  1. Historia de las obsesiones y del trastorno obsesivo compulsivo.

  2. Fenomenología de las manifestaciones obsesivas. (según K. Jaspers).

  3. Psicopatología clásica de La neurosis obsesiva, del T.O.C. (Basado en H. Ey y cols.)

  4. Relación entre la psicopatología obsesiva y el pensamiento mágico.

  5. Casos clínicos de neurosis obsesiva. Casos clínicos de TOC.


HISTORIA DEL CONCEPTO DE OBSESIÓN Y COMPULSIÓN.

La duda y el espíritu humano: versos de Lao-Tse.

"una vez soñé que era una mariposa, y al despertar me encontré hombre.

Ahora una duda me atormenta:

¿es el hombre quién ha soñado ser mariposa, o es la mariposa la que sueña que es hombre?".

Extraído de: Bruno Cassinelli. Historia de la locura. Iberia-Joaquín Gil Editor. Barcelona 1942.

Bibliografía recomendada:

G. E. Berrios . Historia de los trastornos obsesivos.

En Estados obsesivos. de J. Vallejo Ruiloba.

“The history of Mental Symptoms: descriptive psichopathology since the mineteenth century”

(Del lat. obsessĭo, -ōnis, asedio).

1. f. Perturbación anímica producida por una idea fija.

2. f. Idea que con tenaz persistencia asalta la mente.

obseso, sa.

(Del lat. obsessus, part. pas. de obsidēre, cercar, asediar).

1. adj. Que padece obsesión. U. t. c. s.

compeler.

(Del lat. compellĕre).

1. tr. Obligar a alguien, con fuerza o por autoridad, a que haga lo que no quiere

impulso.

(Del lat. impulsus).

1. m. Acción y efecto de impulsar.

2. m. Instigación, sugestión.

3. m. Fuerza que lleva un cuerpo en movimiento o en crecimiento.

4. m. Deseo o motivo afectivo que induce a hacer algo de manera súbita, sin reflexionar.

Obsesión: idea asociada a un sentimiento penoso en un dualismo ideo-afectivo, que invade la conciencia en forma repetida e incoercible (del latín obsidere: sitiar).

En casi todas las culturas y períodos históricos se han identificado formas “obsesivas” de conducta.

-Podemos leer a Robert Burton. En: Anatomía de la melancolía. Ed. A.E.N. 1.997.

“No se atrevía a atravesar por un puente, pasar cerca de un embalse o peñasco, o permanecer en una habitación con vigas, por miedo de que tuviera tentaciones de ahogarse, ahorcarse o precipitarse. Si se hallaba ante un auditorio silencioso, como por ejemplo en un sermón, temía que pudiera proferir en voz alta e incontroladamente palabras indecentes y malsonantes”.

-El obispo de Moore de Norwich se refirió a aquellos que son avasallados por sus pensamientos desagradables y a veces blasfemos”, que surgen de sus mentes mientras se hallan ejerciendo el culta a Dios

(En: Mora G., 1969. The scrupulosity syndrome . Int. J. Cli. Psichol.. 1969).

¿Procedencia de la palabra “escrúpulo”?: (piedra pequeña, picuda.) (Lewis y Short 1879)

-El Obispo Taylor, en 1660: “Escrúpulo como gran problema de la mente, procedente de un problema pequeño, pensamiento corriente, con su propios argumentos, ...no se atreve a actuar, o si lo hace no puede parar”.

-David Hartley (1749), describe estados de recurrencia frecuentes de ideas.

Psiquiatría alemana:

-Krafft- Ebing 1867. acuña el término “Zwangsvorstellung” (Zwang: forzar u oprimir, tirar se sí mismo) y Vorstellung (representación).

-Westphal (1877). Presentaciones como actos mentales puros (ideas obsesivas y rumiaciones) y como iniciadores de la acción (compulsiones). Ideas reiterativas (iterativas)

(Ver Rado S. Obsessive Behavior. En Arieti, S (dir): American Handbook of psych. 1959).

-Griesinger (1868),. Introdujo la palabra raíz “sucht” (enfermo): “Grubelsucht” (enfermedad rumiatoria).

Donath (1897). Término anancasmus” , para denominar el cuadro de Thomsen (1895) de estado obsesivo idiopático.

Wernicke: ideas autóctonas. (teoría mecanicista).

Schneider (1950), de forma adjetivada: “personalidad anancástica (Kahn, 1928).

En lengua francesa:

-Berrios GE.. Obsessive-compulsive disorder: its conceptual history in France during the 19th century. Compr Psychiatry. 1989 Jul-Aug;30(4):283-95.

-Chronologie et bibliographie sélective de la névrose obsessionnelle aux TOC, avec les troubles apparentés (neurasthénie, syndromes anxieux, Gilles de la Tourette, etc.) (1. Des origines à 1960) (2. De 1960 à 2009)

-Pinel (1889): “manie sans délire

-Falret (1866): “maladie de la doute”.

-Trelat (1861): “folie lucide”

-Legrand de Saulle (1875) “Folie de doute avec délire de toucher”.

-Morel (1866): “délire emotif”

-Charcot y Magnan 1885, y Seglas 1891: “onomatomanía”.

- Seglas 1895, describe la "hallucination obsédante" (Alucinación "obsesiva", en pacientes obsesivos).

(Séglas J. (1895). leçons cliniques sur les maladies mentales et nerveuses. Paris: Asselin et Houzeau)

Hasta 1880-1890, no se acepta el término obsesión como uso médico.

Luys, en 1883: “obsessions pathologiques” (eventos subjetivos, anómalos y repetitivos sin fuente externa).

(Convierte las obsesiones en un asunto privado, interno).

(Luys J. Des obsessions pathologiques dans leur rapports avec l'activité automatique des éléments nerveux. L'Encéphale. 1883:2:20-61)

En lengua inglesa:

- A partir del siglo XVI. Obssesión: acto de ser asediado por el diablo. (Oxford English Dictionary. "O.E.D".)

-Tuke, 1894: “imperative ideas”.

-Mickle 1896. “mental basetment” –acoso mental-

-En Nomenclator of diseases (Royal Colege of Physicians). 1906. “obsessive insanity”.

- Shaw 1904. revisión de la Psicopatología, utilizando el término “obsession”.

- Philip Coombs Knapp. The insanity of doubt. The Am. J. of Psychology. Vol III. January 1890. [PDF]

Las monomanías de Esquirol. 1838.

“Fenómenos obsesivos de Mademoiselle F” Como una forma de monomanía (délire partiel).

La instinctive monomanía”: El sujeto se encuentra encadenado a unos actos que no provienen ni de su corazón, ni de su emoción, los cuales son rechazados por su conciencia y que su voluntad no puede interrumpir”.

Ver crítica y evolución del concepto de monomanía.

(Kageyama 1984, Saussure 1946).

-Caída de la monomanía y recalificación obligada de las obsesiones.

Así, Morel (1866): delirio emotivo. (Estados obsesivos).

(“No como una insania, sino como una neurosis, o enfermedad de las emociones”).

“Impulso psicomotor que conduce a la compulsión como un estado afectivo exaltado”.

Monomanías impulsivas según Giné y Partagas. (1836-1903).

“Tratado de frenopatología o estudio de las enfermedades mentales” de 1876.

Concepto de “monomanía impulsiva o instintiva” definida – según Gine y Partagas- como: “una locura de forma paroxística, cuyo síntoma predominante es una idea fija, que impele al enfermo, a pesar suyo, a obrar o hablar en contra de los que prescribe la moral, o a cometer actos extravagantes, nocivos, de violencia o crueldad, conservando el discernimiento y la conciencia de lo que hace”.

(ver diagnóstico diferencial entre: impulsión y obsesión / compulsión.

Las variedades de la “monomanía instintiva” serían:

-Monomanía impulsiva homicida.

-Monomanía impulsiva suicida.

-Monomanía impulsiva de la borrachez o dipsomanía.

-Monomanía incendiaria o piromanía.

-Kleptomanía o monomanía del robo.


Regis y Pitres 1902. (ver trabajo adjunto)

Les obsessions et les impulsions, par A. Pitres [et] E. Régis. Paris, Doin, 1902

LAS OBSESIONES Y LOS IMPULSOS". Pitres, N. y Régis, E. Madrid, Daniel Jorro 1910.

Trastornos de la afectividad. Trastornos fóbicos e ideativos, de tipo difuso o específicos

En: Tratado de psiquiatría de Emmanuel Regis. Ed. Saturnino Calleja. Madrid. 1909.


División de las obsesiones: Las obsesiones ideicas: p.ej:

-La locura de la duda con delirio del tacto (J. Falret, Morel, Legrand du Saulle).

-La enfermedad del escrúpulo (Janet)

-La onomatomanía (Charcot y Magnan, etc.)

-La ereutofobia (Regis y Pitres): obsesión del rubor.

La duda ansiosa es la base de la mayoría de las obsesiones. Tipos:

      1. Obsesiones de la duda propiamente dichas.

      2. Obsesiones del escrúpulo.

      3. Obsesiones de la palabra, de la cifra, del lenguaje.

      4. Obsesiones de los sentimientos y afectos.

    1. Obsesiones nosofóbicas, etc.

  1. Al igual que en las fobias, -nos dice E. Regis- sólo sería una clasificación artificial, ya que muchas obsesiones pueden figurar en muchas de estas categorías.

ver textos de:

- Legrand Du Saulle. La folie du doute (avec délire du toucher) . Paris, V. Adrien Delahaye et Cie 1875

- Antoine Ritti, « Folie du doute avec délire du toucher », Dictionnaire encyclopédique des sciences médicales, 4e série, t. III, Éd. G. Masson et P. Asselin, Paris, 1879, pp. 339-348.

- Alexandre Cullerre, Les frontières de la folie, Chapitre II, §. III : « Crainte des contacts. Délire de toucher », Éd. J.-B. Baillière et fils, Paris, 1888, pp. 73-84.

- Benjamin BALL. De la folie du doute. Leçons sur les maladies mentales : 31ème leçon. Éd. Asselin et Houzeau, Paris, 1890.

Pierre Janet, (1859-1947).

Les obsessions et la psychasthénie.. : Janet, Pierre, 1859-1947 ...

Névroses et idées fixes. Études expérimentales sur les troubles de la volonté, de l'attention, de la mémoire, sur les émotions, les idées obsédantes et leur traitement. Tome I (1898).

-Alexandre Cullerre. Crainte des contacts. Délire du toucher. Les frontières de la folie (Ch. II, §. III). Éd. J.-B. Baillière et fils, Paris, 1888, pp. 73-84.

- Alexandre Cullerre, Les frontières de la folie, Chapitre II, §. IV : « Obsessions mentales diverses », Éd. J.-B. Baillière et fils, Paris, 1888, pp. 84-91.

Arithmomanie, Coprolalie, Obsessions, Onomatomanie

- P. Sollier, « Obsessions : Délire du toucher », Guide pratique des maladies mentales, Éd. G. Masson, Paris, 1893, pp. 355-365. (delirio obsesivo de tocar )

Le délire du toucher est du reste aussi souvent associé à d’autres obsessions ou impulsions qu’à la folie du doute proprement dite, qui de son côté ne coïncide pas toujours avec lui, loin de là.

Il est caractérisé par ce fait que le contact de certains objets détermine chez le malade une terreur inexplicable, dont il comprend toute l’absurdité, mais qu’il ne peut vaincre et qui détermine, si on le force, une angoisse extrême avec tendance à la syncope.

Les uns ne peuvent toucher les pointes, les aiguilles, etc., d’autres les couteaux, les rasoirs. Ils ont peur de s’en servir contre eux-mêmes, ou de faire du mal aux autres involontairement. Certains ont la crainte de toucher certains métaux, les pièces de monnaie, les boutons de porte. Il en résulte que s’ils ont quelque doute d’y avoir touché, ils passent leur temps à se laver et relaver les mains (misophobie). Naturellement plus le nombre des objets qui leur inspirent cette aversion est grand, plus aussi leur existence devient compliquée et les actes sociaux ralentis.

Sur cette base peuvent se développer toutes les idées possibles, telles que d’avoir touché à quelque chose ou à quelqu’un, ayant lui-même touché du poison, ou d’avoir été en contact avec un animal enragé, etc., etc.

Certains malades en arrivent à ne pas oser changer de linge. Leur vie se complique tellement dans certains cas qu’elle devient impossible en société. Ces malades ont sans cesse besoin d’être rassurés et comme leurs raisonnements ne leur suffisent jamais, ils questionnent continuellement les autres d’une façon fatigante.

En opposition avec ces craintes de contact des objets les plus divers, on observe des malades qui ont le besoin de toucher des choses malpropres. C’est beaucoup plus rares......

http://www.psychanalyse-paris.com/1051-Crainte-des-contacts-Delire.html

Teoría clásicas: psicogenia de la obsesión, la duda e ideas fijas, antes de Freud.

-Teoría de la disociación. (dislocación de la función) “defecto profundo en la función de lo real, la experiencia de un sentimiento de incompletion”

- “Psicastenia” (extraída de neurastenia).

- “L´automatisme psychologique” (1898). Obsesiones como un tipo de “ideas fijas”

(al igual que las alucinaciones, formas simples y rudimentarias de la actividad mental)


-“Neuroses et idées fixes” (Raymond y Janet 1908). Redefinición de la obsesión:

- se distancia de la posición de Morel,

- distingue el délire emotif “ de las “obsessions et compulsions”.

- Críticas a la psicastenia: el análisis de los 236 casos de Janet, no sólo incluye obsesivos, sino también fóbicos, de pánico, tics, estados confusionales, hipocondría y epilepsia.

- Alteración primitiva de la actividad psicomotora, donde la duda sería el equivalente de la vacilación volitiva e incertidumbre motora.

Las ideas obsesivas en la obra de E. Kraepelin:

-Emil KRAEPELIN: “Melancolía”.

Fuente: Lehrbush der Psychiatrie, 8ª Edición. Barth, Leipzig, (1.909-1.913).

Traducción de Clara Manzano. Ed. Polemos. Argentina. 1.996.

Sic “Los pacientes melancólicos tienen Ideas obsesivas de todo tipo”:

- Fobia de la falta de higiene, temor de haberse hincado una espina bajo la piel,...

- Ideas obscenas o “impuras”.

- La tendencia a Asociar pensamientos piadosos (crucifijo) con imágenes obscenas en los melancólicos.

- No sentarse en una silla, ni dar la mano por miedo a ensuciarse.

- Fobia a los cuchillos, asociado a la idea de matar a alguien.

- Impulsos de robar objetos de toda clase, sin valor para ella y que ella no usaba.

(“un deseo violento, como la sed, nerviosa cuando no podía satisfacerlo”). (en la actualidad: impulsión)

- Miedo a morir de una infección en la sangre.

ver TEXTO de E. Kraepelin: La melancolía.


Obsesión y compulsión en la obra de S. Freud:

-S. Freud: OBSESIONES Y FOBIAS: 1894.

Obsessions et Phobies” Rev. Neurol., 3 (2), 33-8). 1894.

- a) Neuropsicosis de defensa: Ensayo de una teoría psicológica de la histeria adquirida, de muchas fobias y representaciones obsesivas, y de ciertas psicosis alucinatorias.

Ver casos clínicos: S. Freud. Obras completas. Ed. biblioteca nueva. Pág. 174. Tomo I

Caso 1). Una muchacha padece de reproches obsesivos.

Caso 2) Una muchacha con temor a la incontinencia de orina.

Caso 3) Joven casada, con impulso obsesivo de arrojarse por el balcón.

(publicado en francés, poco éxito inicial, compite con la obra de Regís, y de Janet)

- b) Análisis de un caso de neurosis obsesiva. “El hombre de las ratas”. 1909.

En: Obras completas. Ed. biblioteca nueva. Pág. 1442. Tomo II

En alemán: Jb. Psychoanal psychopath. Forsch, 1, 357-421. 1909.

veamos el texto completo de Freud: OBSESIONES Y FOBIAS. SU MECANISMO PSÍQUICO Y SU ETIOLOGÍA. 1894.

Comenzaremos por negar dos aserciones muy frecuentemente repetidas con relación a los síntomas objeto de este estudio, o sea a las obsesiones y a las fobias. Es preciso afirmar: 1º. Que no forma parte de la neurastenia propiamente dicha, puesto que los enfermos aquejados de esos síntomas son neurasténicos con la misma frecuencia que no lo son. 2º Que no está justificado hacerlos depender de la degeneración mental, puesto que se los encuentra en personas no más degeneradas que la mayoría de los neuróticos en general, y a veces mejoran y hasta en ocasiones se logra curarlos. 3ª Las obsesiones y las fobias son neurosis separadas, de un mecanismo especial y de una etiología que yo he logrado sacar a la luz en cierto número de casos y que, así lo espero, se mostrarán semejantes en muchos casos nuevos.

Para mejor delimitar nuestro tema propongo dejar de lado ante todo una clase de obsesiones intensas que no son otra cosa que recuerdos, imágenes inalteradas de acontecimientos importantes. Citaré por ejemplo la obsesión de Pascal, quien siempre creía ver un abismo a su izquierda «después que estuvo a punto de volcar y de precipitarse en el Sena con su carruaje». Estas obsesiones y fobias, que se podrían llamar traumáticas, pertenecen a los síntomas de la histeria.

Una vez separado este grupo, es necesario distinguir otras dos: a) las verdaderas obsesiones, y b) las fobias. La diferencia esencial es la siguiente:

Hay en toda obsesión dos elementos: 1º. Una idea que se impone al enfermo; 2º. un estado emotivo asociado. Ahora bien: en las fobias, ese estado emotivo es siempre la angustia {angoisse}, mientras que en las verdaderas obsesiones puede ser, con igual derecho que la ansiedad {anxiété}, otro estado emotivo, como la duda, el remordimiento, la cólera.

Intentaré explicar primero el mecanismo psicológico, verdaderamente singular de las verdaderas obsesiones, muy diferente del de las fobias.

En muchas verdaderas obsesiones es asaz evidente que el estado emotivo constituye el síntoma principal, puesto que ese estado persiste inalterado en tanto que la idea asociada varía. Por ejemplo, la muchacha de la Observación 1 tenía un poco de remordimientos a causa de todo: por haber robado, maltratado a sus hermanas, fabricado moneda falsa, etc. Las personas que dudan, dudan de muchas cosas a la vez o sucesivamente. Es el estado emotivo el que en estos casos permanece idéntico; la idea cambia. En otros casos también la idea parece fijada, como en la muchacha de la Observación 4, que perseguía con un odio incomprensible a las sirvientas de la casa, pero cambiando de persona. Y bien; un análisis psicológico escrupuloso de estos casos muestra que el estado emotivo como tal está siempre justificado. La muchacha de la Observación 1 tiene buenas razones para sus remordimientos; las mujeres de la Observación 3, que dudaban de su resistencia a las tentaciones, sabían bien por qué; la muchacha de la Observación 4, que detestaba a las sirvientas, tenía harto derecho para quejarse, etc. Sólo que -y en estos dos caracteres consiste el sesgo patológico-: 1) el estado emotivo se ha eternizado, y 2) la idea asociada ya no es la idea justa, la idea original, relacionada con la etiología de la obsesión, sino una idea sustitutiva de la misma

La prueba de ello es que siempre es posible hallar dentro de los antecedentes del enfermo, y en el origen de la obsesión, la idea original, sustituida. Las ideas sustituidas tienen caracteres comunes; corresponden a impresiones verdaderamente penosas de la vida sexual del individuo, que este se ha esforzado por olvidar. Sólo ha logrado remplazar la idea inconciliable por otra idea inapropiada para asociarse con el estado emotivo, que por su parte permaneció idéntico.

A esta forzosa conexión del estado emotivo y la idea asociada, es a lo que se debe el carácter absurdo propio de las obsesiones. Expondré aquí mis observaciones y daré luego como conclusión una tentativa de explicación teórica.

Observación nº 1. Una muchacha se hacía reproches (que sabía absurdos) de haber robado o falsificado dinero, tramado una conspiración, etc., según lo que hubiera leído ese día, dándose cuenta de lo absurdo de tales reproches.

Rectificación de la sustitución. Se reprochaba el onanismo, que practicaba en secreto, sin poder renunciar a él. Fue curada mediante una vigilancia escrupulosa que le impidió masturbarse.

Observación nº 2. Un joven, estudiante de medicina, sufría una obsesión análoga. Se reprochaba todas las acciones inmorales: haber matado a su prima, desflorado a su hermana, incendiado una casa, etc. Hasta debía darse vuelta en la calle para ver si no había dado muerte al último que pasó. Rectificación: Había leído, en un libro cuasi-médico, que el onanismo, al que él estaba sujeto, corrompía la moral; y eso lo afectó.

Observación nº 3. Varias mujeres se quejaban de la obsesión de arrojarse por la ventana, herir a sus hijos con cuchillos, tijeras, etc.

Rectificación. Obsesiones de tentaciones típicas. Eran mujeres que, en modo alguno satisfechas en el matrimonio, se debatían contra los deseos y las ideas voluptuosas que las asaltaban a la vista de otros hombres.

Observación nº 4. Una muchacha, perfectamente sana de espíritu y muy inteligente, mostraba un odio incontrolable contra las sirvientas de la casa, odio que se le había despertado con ocasión de una sirvienta desvergonzada y se había trasmitido luego de una muchacha a otra, hasta volver imposible la atención del hogar. Era un sentimiento mezclado de odio y de disgusto. Daba como motivo que las suciedades de esas muchachas le estropeaban su idea del amor.

Explicación: Esta niña había sido involuntario testigo de una cita amorosa de su madre. Se había cubierto el rostro y tapado las orejas, y puso el máximo empeño en olvidar la escena, que la disgustaba y le habría impedido permanecer junto a su madre, a quien amaba tiernamente. Lo consiguió, pero la cólera por haberle sido mancillada la imagen del amor persistió en ella, y con ese estado emotivo no tardó en asociarse la idea de una persona que pudiera remplazar a la madre.

Observación nº 5. Una muchacha se había aislado casi por completo a consecuencia del temor obsesivo a la incontinencia de orina. Ya no podía abandonar su habitación ni recibir una visita sin haber orinado antes numerosas veces. Únicamente no tenía ese miedo cuando se hallaba en reposo completo en su casa. Enderezamiento. Era una obsesión de tentación o de desconfianza. No desconfiaba de su vejiga sino de su resistencia frente a una impulsión amorosa. El origen de la obsesión lo mostraba bien. Cierta vez, en el teatro, a la vista de un hombre que le gustaba había sentido unas ganas amorosas acompañadas (como siempre ocurre en la polución espontánea de las mujeres) de unas ganas de orinar. Se vio obligada a abandonar el teatro y desde entonces fue presa del miedo de tener la misma sensación, pero las ganas de orinar habían sustituido a las amorosas. Curó por completo.

Las observaciones enumeradas, si bien muestran un grado variable de complejidad, tienen en común que la idea original (inconciliable) ha sido sustituida por otra idea, por una idea remplazante. En las observaciones de que a continuación informo, la idea original está también remplazada, pero no por otra idea, sino por actos o impulsiones que en el origen sirvieron como alivios o procedimientos protectores, y que ahora se encuentran en una asociación grotesca con un estado emotivo que no concuerda con ellos, pero que ha permanecido el mismo y está tan justificado como en el origen.

Observación nº 6. Obsesión de aritmomanía. Una mujer había contraído la necesidad de contar siempre las placas del parqué, los escalones, etc., cosa que hacía en un estado de angustia ridículo. Enderezamiento. Había comenzado a contar para distraerse de sus ideas obsesivas (de tentación). Lo había conseguido, pero la impulsión a contar había remplazado a la obsesión primitiva.

Observación 7. Obsesión «especulativa» (manía de cavilación o de la duda). Una mujer sufría de ataques de esta obsesión, que sólo cesaban cuando ella estaba enferma, para dejar sitio a temores hipocondríacos. El tema del ataque era una parte del cuerpo o una función, por ejemplo la respiración: «¿Por qué hay que respirar? ¿Y si yo no quisiera respirar?», etc.

Rectificación: Al comienzo había tenido miedo de volverse loca, fobia hipocondríaca bastante común entre las señoras no satisfechas por su marido, como era su caso. Para asegurarse de que no estaba por volverse loca, de que gozaba todavía de su inteligencia, había empezado a plantearse cuestiones, a ocuparse de problemas serios. Esto la tranquilizaba al principio, pero con el tiempo este hábito de la especulación sustituyó a la fobia. Desde hacía más de quince años alternaban en ella períodos de miedo (patofobia) y de manía de especulación.

Observación 8. Manía de duda. Varios casos mostraron los síntomas típicos de esta obsesión, y se explicaron muy simplemente. Esas personas habían sufrido o todavía sufrían obsesiones diversas, y la conciencia de que la obsesión las había perturbado en todas sus acciones y había interrumpido muchas veces el curso de sus pensamientos provocaba una duda legítima en la fidelidad de su memoria. Cualquiera de nosotros verá vacilar su seguridad y estará obligado a releer una carta o a rehacer una cuenta si su atención fue distraída varias veces durante la ejecución del acto. La duda es una consecuencia asaz lógica de la presencia de obsesiones.

Observación nº 9. Manía de duda (hesitación, vacilación). La muchacha de la Observación 4 se había vuelto extremadamente lenta en todas las acciones de la vida ordinaria, sobre todo en su toilette. Le demandaba horas anudarse los cordones de los zapatos o asearse las uñas de las manos. Daba como explicación que no podía hacer su toilette ni mientras la preocupaban los pensamientos obsesivos ni inmediatamente después, de suerte que se había acostumbrado a esperar un tiempo determinado tras cada retorno de la idea obsesiva.

Observación nº 10. Manía de duda, temor a los papeles escritos. Una joven que había sufrido escrúpulos después de haber escrito una carta, y que a partir de ese momento angustioso recogía todos los papeles que veía, dando como explicación el temor el temor de haber confesado un amor secreto. A fuerza de repetirse sin cesar el nombre de su amado, la asaltó el miedo de que ese nombre se hubiera deslizado bajo su pluma, de que lo hubiera trazado sobre algún pedazo de papel cualquiera, en uno de sus momentos de ensimismamiento.

Observación nº 11. Misofobia. Una mujer, que se lavaba las manos cien veces al día, y por no tocarlos con ellas abría los pestillos de las puertas con el codo. Rectificación de la conducta: Era el caso de Lady Macbeth. Las abluciones tenían un carácter simbólico y estaban destinados a sustituir por la pureza física la pureza moral que lamentaba haber perdido. Se atormentaba con remordimientos por una infidelidad conyugal cuyo recuerdo había decidido expulsar. Se lavaba también los genitales.

En cuanto a la teoría de esta sustitución, me limitaré a responder tres preguntas que en este punto surgen:

1º. ¿Cómo puede consumarse esta sustitución?

Parece que expresaría una disposición psíquica especial. Al menos, en las obsesiones hallamos a menudo «herencia similar», como en la histeria. Así, el enfermo de la Observación 2 me contó que su padre había padecido de síntomas semejantes. Cierto día me presentó a un primo hermano suyo que tenía obsesiones y un "tic" convulsivo (compulsivo) , y la hija de su hermana, de 11 años de edad, mostraba ya obsesiones (probablemente de remordimiento).

2º. ¿Cuál es el motivo de esta sustitución?

Creo que se la puede considerar como un acto de defensa del yo contra la idea inconciliable. Entre mis enfermos, los hay que se recuerdan del esfuerzo voluntario por ahuyentar del campo de la conciencia la idea o el recuerdo penosos (cf. las Observaciones 3, 4, 11). En otros casos, esta expulsión de la idea inconciliable se produjo de una manera inconsciente, que no dejó huellas en la memoria de los enfermos.

3º. ¿Por qué el estado emotivo asociado a la idea obsesiva se ha perpetuado en lugar de desaparecer como los otros estados de nuestro yo?

Es posible responder a esto apelando a la teoría desarrollada por Breuer y por mí acerca de la génesis de los síntomas histéricos. Aquí solamente señalaré que esa desaparición del estado emotivo se vuelve imposible por el hecho mismo de la sustitución.

Diferencia psicológica entre las obsesiones y las fobias.

A esos dos grupos de obsesiones propias se añade el de las fobias. Estas se diferencian de las obsesiones - según antes hubimos de indicar- en que el estado emotivo a ellas concomitante es siempre la angustia. Añadiremos ahora que las obsesiones son múltiples y más especializadas, y, en cambio, las fobias son monótonas y típicas.

También en las fobias podemos distinguir dos grupos, caracterizados por el objeto de la angustia primero: fobias comunes: miedo exagerado a aquellas cosas que todo el mundo teme algo, tales como la noche, las soledad, la muerte, las enfermedades, las serpientes, los peligros en general, etc. ; y segundo, fobias ocasionales: angustia emergente en circunstancias especiales que no inspiran temor al hombre sano. Así la agorafobia y las demás fobias de locomoción. Es interesante observar que estas últimas fobias no son obsesivas, como las obsesiones propias y las fobias comunes. El estado emotivo no surge en estos casos, sino en circunstancias especiales, que el enfermo evita cuidadosamente.

El mecanismo de las fobias es totalmente diferente del de las obsesiones. Ya no es el reino de la sustitución. Aquí ya no se revela mediante el análisis psíquico una idea inconciliable, sustituida. Nunca se encuentra otra cosa que el estado emotivo de la ansiedad, que por una suerte de elección ha puesto en primer plano todas las ideas susceptibles de llegar a ser objeto de una fobia. En el caso de la agorafobia, etc., solemos hallar el recuerdo de un ataque de angustia, y en verdad lo que el enfermo teme es el advenimiento de un ataque así en aquellas condiciones especiales en que cree no poder escapar a él. La angustia de ese estado emotivo que está en el fundamento de las fobias no deriva de un recuerdo cualquiera; es preciso preguntarse cuál puede ser la fuente, el origen psíquico, de esta poderosa condición del sistema nervioso en el caso de las fobias.

En respuesta a esta interrogación, espero poder demostrar otra vez, que está justificado, que corresponde por tanto establecer una neurosis especial, la neurosis ansiosa {neurosis de angustia}, de la cual es el síntoma principal este estado emotivo peculiar*

* primera aparición del término "neurosis de angustia", según Strachey. (nota de J.N.)

(ver La Neurastenia y las neurosis de angustia: Sobre la justificación de separar de la neurastenia cierto complejo de síntomas a título de "Neurosis de angustia·. 1894 (1895). (página 182-208)

Daré la enumeración de sus variados síntomas, - dice Freud- e insistiré en que es preciso diferenciar esta neurosis de la neurastenia, con la cual se la confunde hoy. Así, las fobias forman parte de la neurosis ansiosa, y casi siempre van acompañadas por otros síntomas de la misma serie.

También la neurosis ansiosa es también de origen sexual hasta donde yo puedo ver, pero no se enlaza a ideas extraídas de la vida sexual, y carece de mecanismo psíquico en sentido propio. Su etiología específica es la acumulación de la tensión genésica, provocada por la abstinencia o la irritación genésica frustránea (para expresar con una fórmula general el efecto del coito interrumpido de la impotencia relativa del marido, de las excitaciones sin satisfacción de los novios, de la abstinencia forzada, etc.).

Es estas condiciones, extremadamente habituales (sobre todo para la mujer) en la sociedad actual, es en las que se desarrolla la neurosis de angustia, de la cual las fobias son una manifestación psíquica

Para concluir, señalaremos que las fobias y las obsesiones propiamente dichas pueden combinarse, y se combinan con gran frecuencia.

Así, podemos hallar que en los comienzos de la enfermedad existía una fobia, desarrollada como síntoma de la neurosis ansiosa. La idea que constituye la fobia, y a la cual está asociado el miedo, puede ser remplazada por otra idea o, más bien, por el procedimiento protector que parece aliviar el miedo. La Observación 6 (manía de especulación obsesiva) presenta un buen ejemplo de esta categoría: fobia reforzada por una verdadera obsesión por sustitución.

Leer texto original: S. Freud. Biblioteca Nueva. Obras completas, Tomo I. (1973-1905) VIII. Obsesiones y fobias. Su mecanismo psíquico y su etiología. 1894. Pág 178- 182

Hasta aquí la Historia de la psicopatología de las obsesiones, compulsiones y neurosis obsesiva.

Texto para estudio de la psicopatologia descriptiva y fenomenología.

Docencia MIR psiquiatría y PIR psicología clínica.

Esto no está en el DSM - 5

Forma de contactar con el organizador:

Dr. J. L. Día Sahún.. “Seminario de Psicopatología descriptiva y fenomenología”

H. Miguel Servet. Psiquiatría. Paseo Isabel La Católica 1-3. 5.009 Zaragoza.

Tf: 976 765500. FAX: 976 76 56 12. jldiasahun@gmail.com

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